Para mis estudiantes de 5| y 6° básico no es fácil reconocer quién es el hablante lírico en un poema, especialmente porque casi nunca es información explícita y es necesario inferirla, por eso dejo esta pequeña estrategia que puede serles útil, no solo a ellos, sino que a mucha gente, porque la poesía no es nunca un género fácil de comprender y analizar.
Como espero que ya sepan, el hablante lírico es la voz que habla en el poema, vale decir, el emisor del texto lírico y que no debe ser confundida con el propio poeta o escritor, aunque indudablemente están íntimamente relacionados.
Como espero que ya sepan, el hablante lírico es la voz que habla en el poema, vale decir, el emisor del texto lírico y que no debe ser confundida con el propio poeta o escritor, aunque indudablemente están íntimamente relacionados.
Para reconocer el hablante lírico
Al leer un poema se debe imaginar, a partir de la información que el propio texto entrega, quién es quien nos está hablando.
Se debe buscar en el poema aquellos indicios, palabras, que indiquen cierta información para caracterizarlo, que denoten el estado de ánimo en que se encuentra (temple de ánimo) y qué lo provoca. También la actitud lírica es relevante para reconocerlo.
Hay que fijarse en los adjetivos, porque ellos nos permiten entender cómo caracteriza el hablante al objeto lírico que provoca el poema. Los verbos nos aportan pistas de la situación en que se encuentra. Y con todos esos antecedentes ya podemos caracterizar al hablante lírico, a partir de la escasa o mucha información que él mismo, a través del texto, nos comparte.
Ejemplo:
Ejemplo:
Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.
Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.
Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitatrúe.
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitatrúe.
El hablante lírico es un hombre (dice Estoy hambriento), evidentemente está enamorado, vive en el sur de Chile (soledad de Quitatrúe), en el momento del poema no está con la mujer amada (todos los adjetivos y verbos que usa nos hablan de su soledad y de la necesidad de estar con ella), hay indicios que esta relación anhelada no está vigente o no ha existido nunca, pues no hay recuerdos lejanos ni cercanos de que hayan juntos, solo el anhelo y la necesidad de él de estarlo.
prof. Benedicto González Vargas
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