I Meta de comprensión: ¿Por qué es mala la codicia?II Texto: El mendigo ciego que había jurado no recibir ninguna limosna que no estuviera
acompañada de una bofetada, refirió al Califa su historia:
—Comendador de los Creyentes, he nacido en Bagdad. Con la herencia de mis padres y
con mi trabajo, compré ochenta camellos que alquilaba a los mercaderes de las caravanas
que se dirigían a las ciudades y a los confines de tu dilatado imperio.
Una tarde que volvía de Bassorah con mi recua vacía, me detuve para que pastaran los
camellos; los vigilaba, sentado a la sombra de un árbol, ante una fuente, cuando llegó un
derviche que iba a pie a Bassorah. Nos saludamos, sacamos nuestras provisiones y nos
pusimos a comer fraternalmente. El derviche, mirando mis numerosos camellos, me dijo
que no lejos de ahí, una montaña recelaba un tesoro tan infinito que aun después de cargar
de joyas y de oro los ochenta camellos, no se notaría mengua en él. Arrebatado de gozo me
arrojé al cuello del derviche y le rogué que me indicara el sitio, ofreciendo darle en
agradecimiento un camello cargado. El derviche entendió que la codicia me hacía perder el
buen sentido y me contestó: