I Meta de comprensión:
Ese día era especial, no solo porque era fin de semana, sino también porque era el día de su cumpleaños, y Anita esperaba con mucha ansiedad que llegaran sus familiares y amigos para estar con ellos y recibir regalos y dulces.
Esa mañana, antes de que se
levantara, su mamá fue a su pieza y le entregó su regalo: Era un paquete
grande, inmenso en realidad, y por ello supo que no era lo que tanto ansiaba.
En verdad, no esperaba que su primer regalo –siempre era el de su madre– cumpliera
con su deseo, pues sabía que no le gustaba lo que ella realmente quería. Y así
fue. Al abrir el paquete, un inmenso peluche de oso panda, gordo y peludo,
invadió repentinamente buena parte de su cama.
No le extrañó, era uno más de su
ya enorme colección de peluches de distintos tamaños que había ido recibiendo
para diversas ocasiones durante sus diez años de vida.
–¡Es tan lindo! –dijo su mamá–
¡me encanta! ¡Ojalá yo hubiera tenido cuando niña la suerte que tienes tú al
recibir estos regalos bellos!
Anita sonrió, la emoción de su
madre no le permitía darse cuenta de que el regalo –otra vez– no era de su
total agrado.
–Ése no es un juego de niñas –le
había dicho su madre una vez– y en cada ocasión que tenía le recordaba que las
niñitas debían jugar con muñecas, peluches y tacitas. Lo demás, son juguetes de
niños y son bruscos, muy poco femeninos.
Durante el día siguieron llegando
otros regalos: golosinas, ropa, diarios de vida, pero no lo que ella quería. En
realidad, la única que podría haber cumplido su sueño era su madre, pero otra
vez, no había entendido nada de sus gustos y deseos.
Con tristeza en el corazón, se
escapó un ratito al patio y en la mesita de la terraza escribió una carta a su
mamá, la empezó y botó varias veces, porque cuando ya la llevaba avanzada le
asaltaba la idea de que su madre se pondría triste, no es correcto rechazar un
regalo, menos uno de la mamá, pensaba ella, pero si no explicaba nuevamente lo
que quería, ni siquiera en Navidad podría cumplir su sueño.
De pronto, vio entrar a su
abuelo. Desde que murió la abuelita, el abuelo siempre llegaba con los paquetes
mal envueltos y cuando vio la bolsa que él traía, una luz de esperanza se asomó
a su corazón.
En ese instante salió la mamá a
recibirlo y apenas dándole tiempo para darle un rápido beso, se lo llevó de la
mano, con regalo y todo, hacia la bodega. Anita escuchó a lo lejos un “¡Otra
vez, papá, te dije que no! Y algunos regaños más que fueron disminuyendo en
intensidad. Luego escuchó a su abuelo reírse a carcajadas y luego ambos, muy
serios, salieron de la bodega. El tata ya no llevaba la bolsa y al acercarse a
Anita, le entregó un enorme chocolate “Trencito”, de esos que le lleva siempre
y que no cuentan como regalo. ¡Feliz cumpleaños! le dijo, y se fue.
–Abuelito, ¿vas a volver? Alcanzó
a preguntar, pero el abuelo solo sonrió sin responder.
En horas de la tarde, cuando ya
estaban por servir la torta, llegó el papá, sin regalo. Adiós última esperanza,
pensó y recibió sus caricias con afecto y resignación.
Minutos más tarde, su mamá y su
papá la llamaron y le entregaron el regalo que había llevado temprano su
abuelo. Lo abrió con desesperación. Ahí estaba, nueva, brillante, reluciente,
con olor a cuero esa pelota de fútbol profesional con la que tanto soñaba. Los
miró a ambos con sorpresa.
–Pero mamá, ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué
pasó?
–Dale las gracias a tu abuelo que
me convenció, pero no estoy segura, no me gusta nada, tú sabes, pero verte
feliz es lo más lindo del día.
En eso entró el abuelo, diciendo:
–¿Alguien me nombró? Y traía otro
regalo mal empaquetado que le entregó a Anita.
–¡No puede ser! ¡Una camiseta del
Manchester! ¡Mi club favorito del mundo mundial!
Y así terminó ese día, pero antes
de irse a dormir, su mamá le pregunto:
–Anita, ¿me vas a entregar la
carta secreta que me escribiste?
III Preguntas:
1. ¿De qué trata esta historia?
2. ¿Qué opinas de la actitud de la mamá?
3. ¿Qué opinas de la actitud del abuelo?
4. ¿Qué significa la expresión usada en clases, relativa a que los juguetes no tienen género?
5. ¿Qué te parece que Anita escribiera una carta a su mamá?
6. ¿Por qué Anita empezó y botó la carta tantas veces?
7. Dibuja y pinta un momento de la historia narrada.
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