Cavaba un labrador su tierra una
mañana de otoño. Tenía ya los brazos cansados y los huesos doloridos.
A cada azadonazo maldecía su
suerte:
-Mala estrella la mía, con tan
poca tierra y tan mala. No vale el trabajo que da ni los sudores que cuesta...
Una voz desconocida le
interrumpió.
-¿Quieres otros campos más ricos
y extensos?
El labrador se volvió y vio a un
personaje de aspecto distinguido y de rostro inquietante. El
desconocido volvió a hablar:
-Oí tus lamentos y quiero
ayudarte. Levanta la cabeza. Todas las tierras que ves, y cuanto
contienen podrían ser tuyas.
-¿Qué debo hacer? – preguntó el
labrador.
-Correr. Simplemente correr. Toda
la tierra que rodees, sin pararte, será tuya. Empieza tu
carrera ahora mismo. Te espero
aquí junto al azadón.
El labrador se dijo:
-Me contentaré con rodear la
huerta de mi vecino. Con ella podré vivir bien.
Y echó a correr.
Cuando había rodeado ya parte de
la huerta vecina, vio los prados del arroyo.
-Unos prados no me vendrán mal –
se dijo –. Llegaré hasta el arroyo.
Más allá del arroyo pacían unas
vacas.
-¡Qué bien me vendrán! Seré el
hombre más rico del pueblo – murmuró.
Cruzó el arroyo sin sacarse los
zapatos. Empezaba a sentirse fatigado. Pero vio un rebaño de ovejas.
-Esas ovejas bien se merecen un
esfuerzo – pensó –. Luego rodearé por la casita de la
ladera hasta el pozo de mi
primo...
Siguió corriendo. Respiraba con
dificultad, el corazón le latía locamente y la suela de una de las botas la
llevaba medio desclavada.
Rodeó la casita de la ladera y
enfiló hacia sus tierras. Vio a lo lejos la casa de su primo, el
bosquecillo que pronto iba a ser
suyo, y se le renovaron las fuerzas.
Sus piernitas se movían
maquinalmente, su pie izquierdo dejaba un rastro de sangre, el corazón quería
salírsele del pecho y en las sienes le estallaba el golpeteo alborotado de la
sangre. Se sentía agotado, deshecho.
La cuestecilla del camino le
desmoralizó. Ya no podía más. Le faltaba aire. Un dolor
agudísimo en el lado izquierdo
del pecho le hizo tambalearse. Parecía un borracho dando tumbos, tropezando con
sus propios pies.
Pero ya veía el pozo y la tapia,
y, un poco más allá, el extraño personaje; ¡ya llegaba!
Haciendo un supremo esfuerzo,
intentó saltar la tapia...y cayó desvanecido sobre ella.
Como entre sueños, oyó hablar al
diablo:
-Diste un gran rodeo. Tampoco yo
he perdido el tiempo. En algo tenía que entretenerme.
Ven y mira.
El labrador se incorporó
torpemente y, tambaleándose, sintiéndose morir, se acercó al diablo.
-¿Qué es esto? – balbuceó al ver
un gran hoyo.
-Toda la tierra que necesitas.
Al oír tal respuesta, el hombre se derrumbó
en la fosa. De un solo golpe, con la punta del ala lo cubrió de tierra el
diablo. Luego, se desvaneció en el aire.
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I.-Lee
cada enunciado y complétalo, encerrando en un círculo la alternativa correcta.
1. En las cinco primeras líneas de
este texto se presenta a:
a. Una persona enferma.
b. Un agricultor sembrando.
c. Un personaje diabólico.
d. Un labrador cavando.
2. El texto es:
a. Una fábula.
b. Una leyenda.
c. Una noticia.
d. Un cuento.
3. De la lectura del texto se puede
concluir que:
a. El labrador fue más listo que el
diablo.
b. El labrador era buen deportista
pues corría y corría.
c. El diablo quiso ayudar al
campesino.
d. El diablo es un mentiroso.
4. Si quieres buscar el significado
de la palabra subrayada en la siguiente oración: “Un
labrador cavaba su tierra”,
debes hacerlo en:
a. Un periódico.
b. Un diccionario.
c. Una enciclopedia.
d. Un libro de jardinería.
5. En la oración: “Un labrador cavaba
su tierra.”, la palabra cavaba quiere decir:
a. Que la aireaba, dándola vueltas
con la pala.
b. Que le sacaba piedras con un
azadón.
c. Que le hacía hoyos.
d. Que le ponía fertilizantes.
6. En la oración: “No vale el trabajo
que da ni los sudores que cuesta”, ¿de qué se queja el
labrador?
a. Del malvado y pérfido diablo.
b. De la mala suerte que tiene en
todo.
c. De lo mala que es su tierra.
d. De tanto correr y correr.
7. En la oración: “Esas ovejas bien
merecen un esfuerzo”, reemplaza la palabra merecen
por otra que signifique lo mismo.
a. Valen.
b. Soportan.
c. Hacen.
d. Sacrifican.
8. Luego de leer el texto, podemos
afirmar que el labrador era:
a. Inteligente.
b. Simple.
c. Mal genio.
d. Aprovechador
9. Al leer el texto nos damos cuenta
que:
a. La historia transcurre en un
bosque.
b. La historia sucede en un ambiente
urbano.
c. Lo relatado se lleva a cabo en un
ambiente rural.
d. La historia acontece en las
montañas.
10. El diablo, mientras el labrador
corría y corría:
a. Pasó un buen rato acostado y
descansando junto al azadón.
b. Tomó el azadón y continuó la tarea
que estaba haciendo el labrador.
c. Cavó una fosa honda para el
labrador.
d. Juntó un montón de tierra y la
arneó.
11. ¿Qué tipo de texto es éste y cuál
es su propósito?
a. Literario, pretende entretener.
b. Informativo, pretende informar.
c. Noticioso, pretende informar.
d. Literario, pretende informar.
12. ¿Cuál afirmación es verdadera?
a. Al personaje principal lo perdió
su ambición.
b. Al personaje principal le cargaba
cavar la tierra.
c. Al personaje principal le gustaba
ir a correr al arroyo.
d. Al personaje principal le daba
susto el diablo.
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