jueves, 12 de septiembre de 2024

Una cebolla a la olla, de Adela Basch

I Meta de comprensión:

¿Qué historia nos cuenta el texto "Una cebolla a la olla?

II Texto:

- Personajes: Sally Zabor

Simón Dongo

(La escena transcurre en un estudio de televisión. Se ve una cocina con

muchos utensilios y frascos de condimentos).


Simón Dongo: —Muy estimados televidentes hoy como todas las tardes, les

decimos: ¡Presente! De los pies a la cabeza, éste es un programa para los

amigos de la buena mesa: “Cocina internacional”, donde lo difícil se simplifica y

lo fácil se complica. Con ustedes la afamada Sally Zabor, que cada día cocina

mejor. (Sally sonríe y hace una reverencia.)

Sally Zabor: —Y también con ustedes Simón Dongo, mi asistente, especialista

en delicias frías y calientes. (Simón sonríe y hace una reverencia.)

Simón Dongo: —Ustedes saben que la cocina es una arte y una ciencia, y

nadie como Sally para deleitar con su experiencia.

Sally Zabor: —Hoy vamos a compartir con ustedes una de nuestras mejores

recetas, deliciosas desde la a hasta la zeta.

Simó Dongo: —Sí, los vamos a deleitar con unos platos sumamente

refinados... especiales para paladares delicados.

Sakky Zabor: —Muy bien, lo primero que debemos considerar es cuántos

comensales...

Simón Dongo: —¿Cuántos comen sales?

Sally Zabor: —Sí, cuántos comensales...


Simón Dongo: —Disculpe, no entiendo nada. No íbamos a hacer una de

nuestras recetas más refinadas?

Sally Sabor: —Claro. Y para eso, lo primero es saber cuántos comensales...

Simón Dongo: —¿Cómo cuántos comen sales? ¿No íbamos a hacer recetas

especiales?

Sally Sabor: —Por supuesto. Pero lo primero...

Simón Dongo: —¡Ya lo dijo antes! Lo primero es saber cuántos comen sales.

Pero, que yo sepa, la sal se compra en el almacén o en el supermercado...

Sally Zabor: —¡Por favor! ¿Quiere quedarse callado? ¿Quién habló de comer

sal? ¡Me parece que usted entendió mal!

Simón Dongo: —Entonces, ¿para qué hay que saber cuántos comen sales?

Sally Zabor: —¡Nadie habló de comer sales! Pero me parece que si sigue así,

acá va a haber alguien que sale!

Simón Dongo: —Bueno, si hay algo que salar, yo salo, para eso soy su

asistente, y en eso soy muy eficiente. (Toma el salero.) ¿Qué hay que salar?

¿Qué hay que salar?

Sally Zabor: —¡Nada, por ahora, absolutamente nada! ¿No ve que todavía ni

siquiera empezamos?

Simón Dongo: —¿Y qué esperamos? Empecemos de una vez.

Sally Zabor: (Respira hondo.) —Bien, empecemos. Lo primero que hay que

saber es cuántos comensales...(Simón está a punto de hablar y ella le tapa la

boca con un raspador), cuántos comensales habrá. Y comensales, por si

alguien no lo sabe, son las personas que van a sentarse a la mesa a comer.

Entonces, antes de empezar a cocinar, para saber qué cantidad de

ingredientes usaremos, es necesario saber cuántos comensales estimamos.

Simón Dongo: —¿Cómo cuántos comensales estimamos? Un buen cocinero

estima a todos los que van a comer sus platos. Y estima a todos por igual, y

para todos hace alimentos de la misma calidad. ¿Cómo va a estimar sólo a

algunos y no a todos? ¡De ningún modo!

Sally Zabor: —Simón, no me refiero a apreciar a los que van a comer.

¡Estoy hablando de calcular cuántas personas van a ser! Bien, ya hemos tenido

bastante conversación, ahora vamos a comenzar la preparación.

Haremos un plato exquisito, que con sólo verlo abre el apetito; pollo con sal...

Simón Dongo: —¿Pollo con sal? Eso no tiene nada de especial.

Sally Zabor: —Déjame terminar, Simón Dongo! Haremos pollo con sal...


(Simón está a punto de interrumpirla y Sally le tapa la boca con un repasador

mientras sonríe falsamente.) ¡Pollo con sal... sa de hongos! Eso prepararán

Sally Zabor y su asistente, Simón Dongo.

Simón Dongo: —Estimamos amigos y amigas, ya empezamos a preparar la

comida.

Sally Zabor: —Vamos a calcular los ingredientes para cuatro personas

exigentes. En primer lugar, elegimos un pollo bien grande, para que nadie se

quede con hambre. Por favor, alcánceme uno, Simón Dongo, un pollo bien,

bien, grande.

Simón Dongo: —Con mucho gusto.

(Le alcanza un repollo enorme.)

Sally Sabor: —¿Qué hace? Le pedí un pollo grande...

Simón Dongo: —Y justamente, esto es un repollo, mire que tamaño, ¡alcanza

para comer un año!

Sally Zabor: —Yo le pedí un pollo grande, y el pollo es un ave, un animal, y no

tiene nada que ver con un repollo, que es un vegetal.

Simón Dongo: —Bien, discúlpeme, el entendí mal. (Se lleva el repollo y trae el

pollo.)

Sally Zabor: (Examina el pollo de arriba abajo y por todos los lados.)

—Muy bien, éste es un buen pollo para cocinar con sal... sa de hongos. El

pollo se corta en trocitos, que van a quedar exquisitos. (Mientras Sally habla,

Simón corta el pollo en cuatro.)

Después se toma una cebolla, se la pica y se la saltea con un...

Simón Dongo: —¿Se la saltea? Pero, ¿para qué la pica si después la va a

saltear?

Tomarse el trabajo de pelarla y picarla para después saltearla...la verdad, no

entiendo.

Sally Zabor: —¡Porque no escucha bien lo que estoy diciendo!

Simón Dongo: —¡Sí que escucho! ¡Y mucho!

Sally Zabor: —Entonces, Simón Dongo, ¡termine de una vez con sus rezongos!

Se toma la cebolla y se la saltea...

Simón Dongo: —¡Otra vez!

Sally Zabor: —¿Cómo otra vez? Una sola vez, se la saltea una sola vez...

Simón Dongo: —¿Pero, Sally, para qué la pica si después la va a saltear?

Sally Zabor: —¡Justamente! La pica y la saltea.


Simón Dongo: ¿Y a usted le parece buena idea?

Sally Zabor: —Sí, la saltea con un poco de aceite. Se pone a calentar un poco

de aceite en una olla y después se echa cebolla y se la dora.

Simón Dongo: —Discúlpeme, Sally, pero no entiendo. ¿En qué quedamos?

Sally Zabor: (Un poco fastidiada pero con una sonrisa falsa.) Quedamos en que

se calienta el aceite en la olla, se echa la cebolla y se la dora.

Simón Dongo: —Eso es justamente lo que no entiendo.

Sally Zabor: —Pero, Simón, es un procedimiento de lo más común en la

preparación de alimentos. No tiene nada de extraordinario.

Simón Dongo: —¡Primero dice que la cebolla se saltea! Después de saltearla,

¡dice que se la echa! Y al final, ¡que se la adora!

Sally Zabor: —Yo no dije eso. Dije que se la dora.

Simón Dongo: —Claro, lo que yo digo. ¡Y eso es lo que no entiendo! Si al final

la va a adorar, ¿para qué la saltea y después la echa?

Sally Zabor: (Irritada.) —Sí, claro que encima la echo, la echo encima del aceite

bien caliente y al doro.

Simón, por favor, ponga un poco de atención, voy a repetir la explicación.

Simón Dongo: —Déjeme a mí. Primero hay que ver cuántas persona vienen a

comer sal. Después se toma un repollo grande y se lo corta en trocitos que

quedan exquisitos. Y enseguida se pica una cebolla, se la saltea, se la echa y

después, al final de todo, se la adora.

Sally Zabor: (Sally empuja s Simón a un lado mientras sigue sonriendo

falsamente.)

—Muy bien, estimados amigos y amigas, hemos llegado al final de esta nueva

emisión de “Cocina internacional”.

Simón Dongo: —Esperamos que hayan disfrutado de los conocimientos de la

experta Sally Zabor, que cada día cocina mejor.

Sally Zabor: — Y en los aportes de Simón Dongo, mi asistente, especialista en

entradas frías y calientes.

(Los dos hacen reverencias mientras se sonríen falsamente uno al otro.)

TELÓN

III Vídeo de la puesta en escena de la obra:


IV Pizarrones de clase:






V Actividades:

Escribir las respuestas con Método RICCE

1. Haga ficha literaria de la obra

2. ¿Qué tipo de texto es el leído?

3. ¿Dónde acontecen los hechos?

4. ¿Por qué se producen confusiones entre los asistentes?

5. ¿Quiénes son Zally Sabor y Simón Dongo?

6. ¿Qué te pareció esta obra?

7. Dibuja y pinta una escena de la obra

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