lunes, 9 de septiembre de 2024

El día en que Txeg Txeg y Kay Kay no se saludaron, de Carmen Muñoz Hurtado

 

I Meta de comprensión:

¿Por qué se pelearon Txeg Txeg y Kay Kay?

II Texto:

En una de esas largas y lluviosas tardes de invierno, la pequeña Llampuzken y su hermano, Antu, estaban a punto de quedarse dormidos alrededor del fogón.

La abuela Rayén, mientras teñía unas lanas de vivos colores, miró con ternura a sus nietos y con una voz tan dulce como la mermelada de murtilla, les dijo:

¿Quieren escuchar la historia de la serpien...?

Antes de que la abuelita terminara de hablar. Llampuzken y Antu se acercaron felices a las faldas de doña Rayén y al mismo tiempo gritaron:

—¡Yaaaaaaaaaa!

Hasta el gato de la familia, llamado Nahuel, olvidó su siesta y luego de dar un gran bostezo se subió a las faldas de la pequeña Llampuzkén para escuchar la historia.

Siempre que la abuelita Rayén iba a contar un cuento, se preparaba un mate y se quedaba un rato calladita, mirando por la ventana.

Los niños esperaban impacientes que la abuela comenzara a hablar; sin embargo, nunca le pedían que se apurara, tampoco expresaban molestias por la lentitud con que doña Rayén preparaba su mate.

Llampuzkén y Antu sentían un gran respeto por los mayores y ésa era una de las cosas más bellas que había aprendido.

Nahuel, el gato, que no conocía lo que eran los buenos modales, se aburrió de esperar el cuento y decidió ir a cazar la sombra del vapor de la tetera reflejada en la pared.

Cuando la abuela comenzó a contar la historia, la lluvia perdió la fuerza. ¡Hasta el cielo se preparó para escuchar a doña Rayén!

Las nubes se separaron como las cortinas de un teatro y dejaron pasar unos rayos de sol.

—Hace mucho, mucho tiempo —dijo la abuela—, vivieron en nuestras tierras dos gigantes y hermosas serpientes.

Una era bastante mal genio y rabiosa y tenía po nombre Kay Kay. La otra era más tierna y dulce, poseía un lomo y una larga cola de luminosos colores amarillos, verdes y dorados y su nombre era Txeg Txeg.

Kay Kay tenía su casa en las profundidades del mar. Allí se encargaba de cuidar a todos los seres y paisajes del agua.

Kay Kay se encargaba de vestir a los peces con ropas de múltiples colores, les sacaba brillo a las caracolas, le enseñaba a bailara las algas, a cantar a los delfines y principalmente, a calmar al señor Mar cuando éste amanecía enojado.

Txeg Txeg se preocupaba de llenar de frutos los árboles, de enseñarle a cantar a los pájaros y a coquetear a las flores, de ordenar al viento que llevara las semillas por toda la tierra y, principalmente, se preocupaba de proteger a los seres humanos y a sus hermanos, los animales.

Kay Kay y Txeg Txeg eran muy amigas; cada mañana se saludaban y cada noche se despedían. A veces conversaban con mucho entusiasmo e incluso se contaban algunos secretos.

Por ejemplo, un día, Kay Kay le contó a Txeg Txeg que la luna estaba enamorada del mar, Otro día, Txeg Txeg le contó a Kay Kay que el pájaro choroy se había puesto muy celoso porque su novia, la lloica, había bailado con el zorzal. El ataque de celos fue tan grande, que el choroy le picoteó el pecho a la lloica y se lo dejó bien colorado.

Así pasaron el tiempo Kay Kay y Txeg Texg, haciéndose cada vez más amigas. Sin embargo, una mañana, Kay Kay también despertó enojada, pues unos pescadores habían lanzado sus redes al mar sin pedirle permiso y, lo que era aún peor, sin agradecerle por la buena pesca.

Por esta razón, cuando aquel día Kay Kay y Txeg Txeg se encontraron, por primera vez, no se saludaron.

Kay Kay, que tenía mucho más mal genio que Txeg Txeg, volvió a las profundidades del océano con una pataleta. Comenzó a mover su cola gigante y a azotarla contra las aguas.

—¡qué se cree esa Txeg Txeg! —decía Kay Kay— ¡Quitarme el saludo a mí! ¡Voy a mover mi cola para que el mar se salga e inunde todas sus tierras!

Cada vez más enfurecida, Kay Kay azotó las aguas hasta que estas comenzaron a crear olas inmensas. El océano entró a la tierra y los seres humanos, que eran arrastrados por el mar, se transformaron en bellos peces, delfines y grandiosas ballenas.

Txeg Txeg, al ver que los seres humanos y los animales estaban en peligro, también azotó su cola sobre la tierra; y lo hizo con tanta fuerza, que logró que se levantaran montañas, cerros y volcanes aún más altos de los que ya estaban allí; incluso, surgieron algunas islas desde las profundidades del mar.

Txeg Txeg  avisó a los seres de la tierra que huyeran a las cumbres de estas montañas para así salvarlos de del enojo de Kay Kay.

De pronto, todo se calmó. Los humanos y sus hermanos, los animales, ya estaban a salvo.

A Kay Kay se le pasó su pataleta y, arrepentida, se acercó a Txeg Txeg y le pidió perdón. A su vez, Txeg Txeg le prometió a Kay Kay que nunca más le quitaría el saludo.

Como las serpientes habían vuelto a ser amigas, los seres humanos decidieron celebrar la unión con una fiesta llamada guillatún, la cual duró cuatro días. Desde entonces, estas serpientes viven felices y en paz.

Llampuzkén y su hermanito, Antu, abrazaron a doña Rayén para agradecerle la maravillosa historia que les había contado.

Nahuel, el gato, pasó su lomo por las faldas de la abuela pues, al parecer, también había disfrutado del cuento.

Así, Llampuzkén y Antu pasaron esa larga tarde de invierno. La historia de Txeg Txeg y Kay Kay jamás se les olvidó y, cuando crecieron, la contaron a sus propios hijos y nietos en los días de lluvia.

III Presentación:

IV Vídeo:

VI Profundización:

Conoce esta otra versión de esta misma historia con más texto y vídeos, pincha acá

VI Actividad:

1. ¿Qué tipo de texto es el leído?

2. ¿Qué función cumplía Kay Kay?

3. ¿Qué función cumplía Txeg Txeg?

4. ¿Por qué se pelearon Txeg Txeg y Kay Kay?

5. ¿Qué consecuencias tuvo esa pelea?

6. ¿Qué buena enseñanza tienen los niños respecto de los mayores?

7. ¿En qué lugar ocurren los hechos?

8. ¿Cómo se reconciliaron?

9. ¿Qué opinión tienes de este texto?

10. Haz un dibujo que represente un momento de esta historia.


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